Esta mañana ha quedado con mi compañero Andrés para marcarnos un rodaje largo por este maravilloso parque.
Como he llegado con bastante tiempo de antelacion a la micro kedada me he tomado la libertad de marcar una vuelta de reconocimiento para otear el terreno y dar un informe detallado a Andrés antes de comenzar juntos.
Tras dar la vuelta comprobé con gusto que mi compañero acababa de llegar en su moto y disponía a despojarse del chándal para comenzar, en su rostro se podía ver las ganas de hacer algo grande hoy, de sorprenderme a mi y a sí mismo, y vaya si lo ha conseguido.
La primera vuelta la dábamos en el sentido de las agujas del reloj cogiendo la cuesta del Angel Caido hacia abajo y tras la observación de Andrés diciéndome que le daba la impresión de estar subiendo continuamente le hice la proposición de ir a la contra en la segunda vuelta para que probara ya que nunca la había dado en esa dirección.
La segunda vuelta la dábamos en sentido contrario a la primera, y la tercera, a pesar de que se le estaban haciendo las vueltas así mas largas, no en vano el Angel Caido pasa factura, tambien la dábamos con la gran cuesta hacia arriba.
Pero lo mejor vino cuando íbamos finalizando la tercera vuelta (que para mi era ya la cuarta) y me dice el compi que le vamos a echar dos pelotas y nos vamos a subir el Angel por tercera vez, en ese momento lo que para mi era un rodaje largo mas, suave, para ir acumulando fuerza y kilómetros, se transformaba en una auténtica gozada acompañando a un atleta popular que quería traspasar barreras, nunca había realizado 16 kilómetros y se encaminaba a ellos, con sufrimiento, mucho sufrimiento pero con la conviccion de que iba a sacar el reto adelante, que no le importaba el turno nocturno que acababa de realizar, el ayuno, el cansancio, sólo quería probarse, crecer como atleta y persona y ese sagrado momento me lo estaba regalando en exclusiva a mi que me estaba viendo reflejado en un espejo cuando le miraba a los ojos, con esa mirada de sufrimiento y determinación que tenemos todos los corredores que amamos este deporte.
Finalmente coronamos con éxito el reto, y me iba a la ducha con 20 kilómetros mas en la saca en 1:52:00 y un nudo en la garganta originado por la emoción vivida en un entreno que se me ha quedado en la retina para siempre.
Simplemente, que bonito!! esos momentos son irrepetibles.
ResponderEliminarSí, a veces esto del correr tiene algo de rito, de transformación y lo mejor es que no sabes en que momento va a suceder o vamos a ser testigos. Pero lo importante es estar ahí para valorarlo. Enhorabuena.
ResponderEliminarSaludos.
Jaal
Sin duda un rodaje muy emotivo y de paso my buen entreno has sacao...
ResponderEliminarMuy bueno, Raúl, sólo por poder hacer esos entrenos y sentirse como tú te has sentido ya vale la pena haber nacido y estar en este mundo; bravo, campeón, así se vive esto del correr, un abrazo.
ResponderEliminarCasi 2 horas en pleno agosto es toda una hazaña, Raúl. Y encima con buenas sensaciones.
ResponderEliminarSaludos
Ramón
gran trabajo, haciendo buenos cimientos, me imagino a tu amigo, cansadísimo pero con una gran satisfacción.
ResponderEliminarGrande Raúl acompañar a un compañero a pasar por primera vez de los 15 km es algo especial.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Buen entrenamiento Korrecaminos! Además de los triunfos personales, siempre da mucha satisfacción ser testigo de los triunfos de quien tienes al lado.
ResponderEliminarUn saludo
Gran entreno, y encima teniendo esos sentimientos por el retiro...espero verte por allí algún día.
ResponderEliminarUn saludo
Quique