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martes, 12 de noviembre de 2019

Behobia - San Sebastián 2019 - La crónica.

Esta puede que sea la crónica de una de las carreras más épicas y emocionantes que haya llegado a contarte en este Rincón, y ya van unas cuantas, pero es que, cuando juntas amigos, ganas de correr, una carrera que exige una logística especial y un tiempo de perros.... Puede salir cualquier cosa.


La tarde del viernes 8 de noviembre poníamos rumbo a Ficoba, lugar donde recogeriamos el dorsal antes de ir a dejar el equipaje a la habitación. Preferimos hacerlo así para evitar atascos y esperas en la feria del corredor y la carretera y la lluvia que ya caía copiosamente en la zona nos respetaron y permitieron que llegáramos con tiempo de sobra para recoger el dorsal, la bolsa y el billete de Euskotren para el desplazamiento a Behobia el día de la carrera.



Recogido dorsal y habiendo picado en algún stand de la feria nos dispusimos a cenar y descansar para una jornada de turisteo por San Sebastián, la ciudad donde ancla su meta esta mítica carrera y donde teníamos el alojamiento.

El sábado era día de turismo, pintxos, amigos y playa, si, playa pero de largo, por lo que caía a ratos...

En la playa de La Concha con mi staff.
El Mercado.

Un acceso a la playa....
El Palacio de Miramar.
Por la tarde tras la comida tuvimos la oportunidad de juntarnos con la creme de la creme del sur de Madrid y compartir ventisca, un café y buena charla previa a la carrera, despejar dudas y pasar un rato al calor de los amigos.

Iván, Ángela, Mónica, Yolanda, Sergio, César, Isa y un servidor.



Momentos de fotografía nocturna bajo el temporal.

La playa de La Concha.
Tocaba cenar y arroparse rápido en la cama, la previsión era de fuertes vientos, lluvia y granizo en buena parte del recorrido, había que cargar pilas para la que estaba por avecinarse.

                                         La Carrera:

A las 7:20 sonaba el despertador. Me despertaba con tiempo, la salida del cajón de los amigos con los que corría despegaba a las 11:20 de Behobia pero había que llegar hasta allí en transporte público y había que tomarse su tiempo. Tostadas, café, ritual previo en el baño y tras vestirme de corto chubasquero por encima y a cruzar los dedos de no salir volando en la intentona de llegar a la estación del Topo.

A las 9;40 salía mi tren de esta guisa....

Tren desde Amara a Ficoba.

La idea era llegar a Ficoba, el recinto ferial donde se realizaba la entrega de dorsales los días previos, y desde allí coger un autobús lanzadera que nos llevara a la línea de salida, a unos 2,2 kilómetros de la estación de tren.
Una vez cogido el tren que sólo realizó tres paradas intermedias hasta el destino final tardamos en llegar unos 35 minutos y una vez en la calle a pocos metros de la estación cogíamos el autobús que nos llevaba a Behobia ante un atasco que nos retrasaba ligeramente.

En la espera del tren recibía un mensaje de Yolanda, mi compañera principal de carrera, que me decía que habían tenido un problema logístico para coger el tren en Anoeta y que iban con bastante retraso a la línea de salida.... Tocaba salir algún cajón por detrás de lo programado, tranquilidad y buenos alimentos.... Lo importante era llegar. Mientras entraba en contacto telefónico con Iván, pareja de baile de Mónica, que ya estaba en la salida pero que estaba a la espera de la compi, tocaba ser pacientes y esperar la llegada de los compañeros ante una intensa lluvia que arreciaba por momentos.

En la espera tocaba foto con mi compi de maraton 2016.

Los minutos previos a la salida éramos un mar de dudas, nervios y lluvia.... Los compañeros no llegaban, estábamos en el último cajón de la prueba a punto de salir y en el momento justo en que daban el pistoletazo de salida a nuestro nuevo y último cajón aparecían Mónica y César primero y Yolanda y Sergio después para unirse in extremis a la carrera. Besos y abrazos de alivio y casi sin pensarlo poníamos el primer pie en los 20 km que separan Behobia de San Sebastián.

Km 1-5: los primeros minutos típicos de ir situándonos en nuestro sitio en la carrera. Nos separábamos de César y Sergio y continuábamos la aventura Mónica, Yolanda, Iván y yo. adelantando a bastante gente al principio, debido a haber salido un poco más atrás de lo deseado bajo una intensa lluvia que iba amainando en los primeros minutos. Primera cuesta de unos 200 metros por el centro de Irún. Tras unos primeros kilómetros por encima de los 6´/km nos situábamos a un ritmo de 5:38 en el quinto mil de la prueba saludando a las chicas de Reto Dravet.


Km 6-10: En el kilómetro 7 encarábamos la primera subida complicada de la carrera, en Gaintxurizketa, aunque cabe decir que acostumbrados a Madrid las cuestas pasan a un segundo plano aunque mirando de reojo al tiempo que nos sorprendía con una larga tregua durante todo este tramo de kilómetros. Los ritmos variaron entre los 6:38/km del kilómetro 7 y los 5:42 del kilómetro 9. las sensaciones buenas, no se sentía frío, no nos daba apenas el aire. Bajada hasta Lintzirin y coronábamos el kilómetro 10.



Km 11-15: Continuamos bajamos hacia Errenteria hasta darnos en el kilómetro 12 con una nueva subida, la de Capuchinos, coronando el kilómetro 13 en 6:00/km pelaos y con buenas sensaciones hasta que el agua nos vuelve a sorprender. Aparecen de nuevo los temores del temporal achicados por los ánimos del público y "Rambo" contando Charlys .... Llegamos a Pasaia y nos plantamos en el kilómetro 15 comiendo gominolas a un ritmo cómodo de 6:03/km.

Km 16-20: Comenzamos la subida a Miracruz, larga, a la vista interminable, tomamos el ritmo del paso de la banda de batucada apostada en el pie de la subida, se deja oir hasta bien pasada la mitad de la cuesta, no queda nada, podemos con ella, nos turnamos en el esfuerzo, podemos con ella, somos equipo, el esfuerzo de lo que llevamos de carrera se quiere hacer notar, pero el espíritu de equipo puede con todo, con las molestias, con las rodillas, con absolutamente todo.... Y estamos arriba.... Bajada vertiginosa por Ategorrieta y comenzamos a acelerar el paso. Sabemos que no hay más exigencia, solo inercia, es el momento de convertir la carrera en un rodaje largo progresivo y vaciar nuestras piernas, nuestras mentes, abandonarnos a los ánimos y vítores del volcado público que por momentos se hace más numeroso y más ruidoso.

Pisamos Zurriola, huele a meta que mata, a mar, a brisa marina que sacude con ganas, con muchas ganas, pero las nuestras por llegar son mucho mayores. Yolanda pierde los imanes del dorsal, sobre la marcha le cae un imperdible para asegurar su acreditación de finisher de una de las pruebas más emblemáticas del calendario nacional de running, su primera, nuestra primera Behobia.... Las calles se estrechan por el público enfervorecido. Las caras que por la mañana tienen un leve trazo de angustia por cómo se había configurado el inicio de carrera se tornan ahora sonrientes, deslumbrantes... Saludamos a Isa y a Ángela que nos localizan sobre la marcha. Por detrás vienen Mónica e Iván, nos damos la mano, pasamos la meta victoriosos, triunfales....Hoy hemos podido con absolutamente todo, incluso con nosotros mismos.....

 Felicidades!!!!!

Iván, que gran descubrimiento.

Yolanda, no tiene límites.

Coronándonos.

Felicidades compañera.

La satisfacción del deber cumplido.
Un fin de semana de cine, con notas humorísticas, épicas y melodramáticas.... Para escribir un  relato corto.... Quizá, parecido a este tocho, pero bien escrito claro, jajajajajajja.

Gracias a todos los integrantes de un fin de semana absolutamente maravilloso, intenso y cargado de emoción.

La Behobia-San Sebastián, esa que todo runner que se precie debería de correr al menos una vez en la vida, ya está en casa.