
Un año más he tenido el privilegio de disfrutar del Maratón de mi ciudad, en esta ocasión bastante más masificado que en otras ediciones y por lo que he podido leer bastante peor organizado, pero vamos por partes.
A las seis de la mañana del Domingo ponía inicio al día, desayuno como siempre, un par de tostadas con pan integral, margarina y mermelada con un café con leche de soja. Para ir hidratando agua con fructosa para el camino hacia Correos.
La vestimenta preparada, camiseta naranja, con recuerdo especial en la parte delantera junto al dorsal para las víctimas de Boston, la parte trasera también iba a ser destinada a homenajear a un buen amigo pero se desvelaría en su momento. Para abajo mallas cortas, pantorrilleras y las zapas mis Glide 3 que ya me habían acompañado en los últimos 350 kilómetros de entrenamiento.
La llegada a Correos a las ocho venía acompañada del saludo a multitud de amigos, bloggers y twiteros dando lugar a la foto de arriba, tomada prestada de la Gran Gacela Román y de estas otras tomadas por Isa y David en compañía de la creme de la creme.
Poco después llegaba mi buen compañero y amigo en muchos de los entrenos realizados. Jose venía hoy a ver la carrera desde la barrera, acompañando a Isa y David. Para él iba la otra parte de dedicatoria de esta carrera. Su tesón, su fortaleza ante los momentos menos favorables y su manera de volver a levantar la cabeza y seguir adelante me han servido de apoyo para superar esas series que en muchos momentos se hacían imposibles o esas cuestas al finalizar tiradas largas que se hacían eternas con meteorología fría y desagradable. Es posible que no corra un Maratón, al menos de momento, pero en lo que a mi respecta en esta edición de Mapoma me iba a acompañar toda la carrera.
A las 8:40 nos dirigiamos a la zona de salida donde era palpable la masificación que este año la organización de la carrera ha preparado para esta edición. Filas enormes de corredores esperando a dejar su bolsa en uno de los doce camiones que había al efecto, miraba el reloj y marcaba las 8:50, era materialmente imposible que todas esas personas estuvieran atendidas antes del pistoletazo de inicio.
A las 9:00 tras un respetuosísimo minuto de silencio en memoria de las víctimas de Boston dábamos inicio a la prueba, mi Octava aventura comenzaba, la sexta consecutiva en mi ciudad.
Los primeros kilómetros transcurrían muy lentos, otros años no he notado la presencia del 10K y la subida se hacía al ritmo establecido pero en esta ocasión iba a tirones, incómodo, demasiada gente. Se parecía más a la salida de una SSV que a un Maratón, aún así la carrera es larga y pone a cada uno en su sitio en su momento, aunque si bien es cierto, Madrid no es de ser favorecedor de marcas personales, con salidas como estas mucho menos.
El kilómetro 5 llegaba ya sin los corredores del 10K que nos despedían como todos los años entre aplausos y ánimos y ya podía comprobar un desfase de 2 minutos con el tiempo previsto en este punto, lógicamente no me voy a rasgar las vestiduras pero me doy cuenta del auténtico caos de salida organizado.
Ya sin pensar en crono e intentando coger el ritmo previsto me planto en el kilómetro 10 en 56 minutos, casi tres más que los programados y viendo que la marca se nos va a ir hacia las cuatro horas voy dejándome llevar mientras saludo a Klass que este año desgraciadamente sólo ha podido disfrutar del Maratón desde la acera. Gracias por tu apoyo compañero.
Pasado el kilómetro 11 en la Plaza de la República Argentina puedo saludar a dos compañeros de trabajo apostados estratégicamente, esto me da alas y sacudo un poco las malas vibraciones de un crono que se me fué de las manos demasiado pronto.
El kilómetro 15 llegaba en 1:22 y poco después tras volar por Guzmán el Bueno saludaba por primera vez en carrera a Isa, David y Jose que estaban realizando un fantástico reportaje fotográfico.
La entrada en Sol gloriosa, entre tanta gloria piso mal un pequeño bordillo saliente y me doblo el tobillo izquierdo, suerte que lo tengo de goma, no así el derecho, y aunque bajando santos me voy recuperando en la bajada de la calle Mayor hasta llegar a Bailén, ya en el Palacio Real no es más que un susto olvidado.
El Medio Maratón cae en 1:56, toca chequear y las sensaciones son buenas, ahora se va acercando lo gordo y se que va a penalizar en más tiempo pero he entrenado estos meses para minimizar daños y voy a empezar planeando por la CdC.
Kilómetro 25 en 2:18, cinco minutos más de lo marcado en el guión, ya sólo tengo el guión de referencia aproximada, nos adentramos en la CdC.
Kilómetro 30, huele a Lago, a que nos vamos del punto de inflexión de la carrera y me voy con la sensación de que podría quedarme allí lo que queda de carrera, cómodo, muy suelto pero sin regalar esfuerzos. El calvario pasado aquí hace tres años parece sólo parte de la historia.
Kilómetro 31,5 saludo a la familia de nuevo y encaro la subida de la Av. del Angel, no hay molestias, todo marcha, mi siguiente objetivo el 35.
Kilómetro 35 en 3:13 las piernas empiezan a protestar, os estaba esperando, esto está dentro del guión, vamos a subir la cuesta de la calle Segovia y luego a ver que pasa.
A partir del kilómetro 36 se me acalambra la pata mala y la buena que es una envidiosa sigue el mismo camino, parada para coger a un patinador y rociarme de Reflex y continuar, en el comienzo de subida a Alfonso XII tengo que caminar y saludo de nuevo a Klass incombustible el tío toda la carrera y me da fuerzas para volver a correr a partir de la puerta del Angel Caido aunque llegando al 41 vuelvo a caminar un poco para estirar y relajar los músculos acalambrados, no queda nada, saludo al "Coyote" @Dos_50 de los Drinking Runners y hacemos parte del último kilómetro juntos hasta que llego al punto donde está mi familia esperando y me paro a saludarlos y abrazarlos, entrené para crono parecido a Castellón (3:50) aunque sabía que Madrid no es lo mismo, a estas alturas el crono importa poco y sí la superación personal y el alcance de metas, y con esta son ocho…
El abrazo con Jose fué de campeonato, difícil de contener las lágrimas. Sólo le puedo agradecer que me haya ayudado a llegar hasta aquí con su apoyo incondicional.
La llegada a Meta en 4:12 casi de la mano del amigo Twittero @Dos_50 y de su mujer que nos obsequió con una instantánea para el recuerdo.

La pena fué al llegar ver las largas filas de espera también para el avituallamiento final, una vergüenza tener a la gente en pie, con el frío que hacía haciendo una fila de espera de 15 minutos mínimo para recoger un plátano, un zumo, una bolsa de pipas y un Nestea. Un cero rotundo para la Organización en ese campo.
En cuanto a mi y a mi recuperación post Maratón decir que se ha notado el entrenamiento, salvo la tarde posterior que aún continuaba acalambrado practicamente no he sufrido agujetas y no he salido a correr ya porque en casa me mira Isa con cara de decir: "Estás zumbao" pero vamos, que se aceptan propuestas para Maratones de otoño.¡¡Es que voy lanzao!!
Conclusiones de esta edición de Mapoma:
*Durante todo el día he llegado a tocar con los dedos el concepto de compañerismo en el atletismo popular disfrutando en la previa de la compañía de un grupo de amigos cada vez más nutrido y más fuerte en lo deportivo y humano, un auténtico lujazo haber podido compartir unas palabras con blogueros ilustres a los que aún no conocía en persona y volver a saludar a los conocidos.
*He podido homenajear a mi modo la amistad tendida desde hace años por Jose, eso para mí no tiene precio.
*Mi familia es el pilar básico elemental por el que hago cada Maratón, sin ellos esto no tendría sentido.
*El crono sólo me sirve para plantear planes de entrenamiento en torno a él pero no me atormenta si no salen las matemáticas durante la carrera y menos en carreras como esta.
*Es el segundo Maratón que corro con un plan específico, en el primero hice MMP y en este he acabado como si hubiera finalizado un diez mil salvando los calambres. El día después de la carrera bajaba escalones como una persona normal.
* MARATON, volveremos a vernos…
